Sep 11, 2012

¿Y aun siguen pensándolo? La educación abierta: del miedo a la curiosidad, del rechazo a la urgencia.


El movimiento de educación abierta comenzó hace poco mas de 10 años. Para el 2007, la OECD ya advertía que las HEIs debían poner atención al riesgo que conllevaría no hacer nada al respecto de la educación abierta. En 2012, solo unos años después, el movimiento está en su gran momento. Para muestra varios botones. Tan solo en pocos meses:



El tema de abrir acceso a cursos pasó de ser una rareza notificada a través de comunicados institucionales a artículos de periódicos principales. Muchos de quienes entraron al movimiento, comenzaron con rechazo y miedo al tema, pasando por la curiosidad por lo “novedoso“,  hasta llegar a lo que ahora pareciera una urgencia por abrir cursos.

Menciona el NY Times, que para aquellas instituciones que recién se están percatando de lo grande de este movimiento, la reacción ha sido desde curiosidad al miedo por perder competitividad.  Y claro está. Mantener los contenidos y cursos cerrados a unos pocos dejará evidente la falta de calidad y compromiso por la educación. Pronto, los estudiantes y la sociedad en gral. demandarán cursos abiertos en su propio idioma, adaptados a su contexto y su cultura. 

Aun con tanta evidencia del modelos de prácticas educativas abiertas, muchas instituciones siguen bajo modelos y sistemas “tradicionales” de enseñanza. Modelos y sistemas opuestos a la cultura del acceso abierto, que mas allá de definirse como cerrados, para algunos como Cable Green de Creative Commons, se perciben cómo rotos. Pero ¿Por donde comenzar? Aquí algunas acciones: 

Profesores: aprender, indagar que son los Recursos Educativos Abiertos (REA), apoyarse de sus alumnos, quienes actualmente son los mayores usuarios de REA, para encontrar REA de calidad, adaptar dichos recursos a su contexto e idioma, reusarlos, redistribuirlos a otros alumnos, a otros pares. Perder el desapego al libro de texto.

Estudiantes: concientizarse y responsabilizarse  de su aprendizaje, dejar de esperar a que les enseñen, convertirse en “aprendientes-independientes”, buscar cursos que se adapten a sus intereses y necesidades académicas, ver los REA como una oportunidad educativa real, de apoyo a su desarrollo profesional y de aprendizaje para toda la vida.

Investigadores: abrir y compartir su investigación para generar mayor impacto, publicar en revistas de acceso abierto, colaborar y opinar en las mismas para incrementar su calidad

Organismos acreditadores: fomentar el uso de libros abiertos y REA  con licencias abiertas y  dejar de contabilizar la cantidad de libros en los estantes de biblioteca, promover la implementación de cursos abiertos y la implementación de prácticas educativas abiertas de calidad

Organismos financiadores de investigación: fomentar y premiar la publicación de investigación en revistas de acceso abierto y promover e implementar políticas de acceso abierto

Autoridades educativas: sumarse e impulsar el movimiento de educación abierta lo antes posible, siguiendo las directrices de la Declaración de Paris 2012 sobre los REA.

Desde individuos hasta instituciones, para quien no le guste el cambio, menos le gustará ser obsoleto. Es claro que el movimiento de educación abierta es parte del PRESENTE, no del futuro de la educación. ¿Y aun siguen pensándolo?  


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