El movimiento de
educación abierta comenzó hace poco mas de 10 años. Para el 2007, la OECD ya
advertía que las HEIs debían poner atención al riesgo que conllevaría no hacer
nada al respecto de la educación abierta. En 2012, solo unos años después, el
movimiento está en su gran momento. Para muestra varios botones. Tan solo en
pocos meses:
- Se anuncia el proyecto edX de MIT y Harvard, donde en un solo curso se registran 150 mil y 7mil reciben un certificado.
- Harvard anuncia que el exacerbado costo de las suscripciones a publicaciones es insostenible.
- Miles de investigadores en el Reino Unido firman unapetición para apoyar la publicación en revistas de acceso abierto y boicotear algunos de los grandes editores.
- Por otro lado, mas profesores e instituciones continúan anunciando que abren sus cursos al mundo.
El tema de abrir
acceso a cursos pasó de ser una rareza notificada a través de comunicados institucionales a artículos de periódicos
principales. Muchos de quienes entraron al movimiento, comenzaron
con rechazo y miedo al tema, pasando por la curiosidad por lo “novedoso“, hasta llegar a lo que ahora pareciera una
urgencia por abrir cursos.
Menciona el NY Times, que para aquellas instituciones que recién se están
percatando de lo grande de este movimiento, la reacción ha sido desde
curiosidad al miedo por perder competitividad. Y claro
está. Mantener los contenidos y cursos cerrados a unos pocos dejará evidente la
falta de calidad y compromiso por la educación. Pronto, los estudiantes y la
sociedad en gral. demandarán cursos abiertos en su propio idioma, adaptados a
su contexto y su cultura.
Aun con tanta
evidencia del modelos de prácticas educativas abiertas, muchas instituciones siguen bajo modelos
y sistemas “tradicionales” de enseñanza. Modelos y sistemas opuestos a la
cultura del acceso abierto, que mas allá de definirse como cerrados, para
algunos como Cable Green de Creative Commons, se perciben cómo rotos. Pero ¿Por
donde comenzar? Aquí algunas acciones:
Profesores: aprender,
indagar que
son los Recursos Educativos Abiertos (REA),
apoyarse de sus alumnos, quienes actualmente son los mayores usuarios de REA,
para encontrar REA de calidad, adaptar dichos recursos a su contexto e idioma,
reusarlos, redistribuirlos a otros alumnos, a otros pares. Perder el desapego
al libro de texto.
Estudiantes: concientizarse
y responsabilizarse de su aprendizaje,
dejar de esperar a que les enseñen, convertirse en “aprendientes-independientes”,
buscar cursos que se adapten a sus intereses y necesidades académicas, ver los
REA como una oportunidad educativa real, de apoyo a su desarrollo profesional y
de aprendizaje para toda la vida.
Investigadores: abrir
y compartir su investigación para generar mayor impacto, publicar en revistas
de acceso abierto, colaborar y opinar en las mismas para incrementar su calidad
Organismos
acreditadores: fomentar el uso de libros abiertos y REA con licencias abiertas y dejar de contabilizar la cantidad de libros en
los estantes de biblioteca, promover la implementación de cursos abiertos y la
implementación de prácticas educativas abiertas de calidad
Organismos
financiadores de investigación: fomentar y premiar la publicación de
investigación en revistas de acceso abierto y promover e implementar políticas
de acceso abierto
Autoridades
educativas: sumarse e impulsar el movimiento de educación
abierta lo antes posible, siguiendo las directrices de la Declaración de Paris 2012 sobre los REA.
Desde individuos hasta instituciones, para quien no le guste el
cambio, menos le gustará ser obsoleto. Es claro que el movimiento de educación
abierta es parte del PRESENTE, no del futuro de la educación. ¿Y aun siguen pensándolo?